Pero para ello debemos concentrarnos en una situación particular, una persona, un hecho. Si fuéramos empáticos constantemente nunca podríamos ser felices.
Cuando hacemos daño a alguien intencionadamente bloqueamos esa capacidad empática, o más bien elegimos no usarla en ese momento. Después puede que al pensarlo detenidamente sientas el dolor que has producido y de ahí aparezca (o no) arrepentimiento.
En general, por la gente que he conocido hasta ahora, prefieren no usar esta capacidad, por que saben de antemano que les va a hacer daño. Esto podría llamarse egoísmo o tal vez el sentido humano de autoprotección o supervivencia, una característica humana bastante desarrollada, aunque a veces no lo parezca.
De manera que la gente que tiene un sentido de la supervivencia muy elevado suelen ser menos empáticos, y aquellos que lo suelen obviar son más dados a la empatía. También es posible que las primeras personas, por el miedo a hacerse daño, hayan experimentado menos emociones y situaciones, mientras que el segundo grupo puesto que no tienen miedo a experimentar tienen un bagaje emocional superior.
¿Por qué para sentir el dolor ajeno se ha de haber experimentado una situación similar? Pídele a alguien que no ha perdido a ningún ser querido que consuele a otro que sí. Por supuesto sabe que la persona afectada siente dolor y el motivo de su dolor, pero no sabe realmente qué siente, no es capaz de empatizar con esa persona.
Y como no quiero llegar a ningún punto en realidad:
"¿Qué es la felicidad?
La felicidad es la mano en el culo, el choch* peludo y la po*** empiná. "
1 criticones:
Lo mejor es la conclusión. Digna de Penefecto o de mi mismo.
Pero el resto del post está muy bien, y creo que sé por qué lo dices.
Jailofllu!
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